Presentación

Bitácora Robinsoniana pretende constituirse en un espacio para la construcción e intercambio de conocimientos propiciando la reflexión crítica en un marco de acercamiento dialógico para aprovechar las bondades de las tecnologías de la información y la comunicación, en este caso, aplicadas a la educación.En este recorrido todos estamos llamados a convertirnos en auténticos voceros del proceso de cambios que se generan continuamente en el contexto educativo, por lo cual los invitamos a participar activamente en este encuentro virtual, lleno de expectativas y situaciones gratificantes para el talento creativo. Juntos nos encargaremos de ir tejiendo una tupida red de saberes con la visión de establecer la necesaria congruencia entre teoría y práctica. Así que...¡ Bienvenidos a este estimulante intercambio!

LA CIBERNÉTICA: ALTERNATIVA PARA LA REGULACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES COMPLEJAS DESDE LA PERSPECTIVA DE


Staffod Beer, considerado el padre de la Cibernética propone en su libro “Diseñando la Libertad”, un modelo de sistemas viables de autorregulación, partiendo del principio de que la estructura de una organización es lo que define sus necesidades de información. El autor en referencia presenta el texto en seis conferencias, ordenadas lógicamente, cada una de las cuales permite avanzar en el logro del propósito fundamental: “Diseñar la Libertad”.Ahora bien, en la presente Memoria Crítica asumiremos el análisis de las conferencias tres (03) y seis (06) cumpliendo así con las sugerencias establecidas en el curso.

Como “Prototipo de Maquinaria para la Libertad” identifica Stafford Beer la tercera conferencia, en ella declara que la mayoría de las organizaciones actúan dentro del ámbito Nación o Estado, o están supeditadas a la acción de las grandes potencias mundiales. En este contexto, reflexiona, analiza y critica la gestión de gobierno, indicando que en ésta la variable se controla principalmente atenuándola mediante cuatro procedimientos erróneos. Primero, cada departamento del gobierno confecciona los diferentes modelos de país, que no responden a la realidad; el segundo atenuador consiste en el modelo que cada departamento haya fijado sobre las tareas que le competen. En este sentido, la solución sería conocer de qué manera se genera la productividad a lo largo del tiempo. De allí que sugiere observar continuamente las tendencias de la época a los fines de ponderar las interacciones de los sistemas dinámicos. El tercer atenuador de la variable, según el autor, es la acumulación de los datos que han sido generados por estos modelos de baja variable y que no se ajustan a la realidad, y el cuarto es la demora que imponen los métodos de recolección de datos, que suprime la mitad más reciente de la variable implicada, lo cual significa que el gobierno no posee la variable requerida.

Continúa el autor reiterando que disponemos de instrumentos para hacer frente a tales atenuadores de variables, pero no los valoramos en la medida que debiéramos, ya que no se emplean para contender con la inmensa variable que genera el sistema dinámico, sino para aceptar la variable atenuada procedente de modelos deficientes, con un desfase de tiempo, y para que aquellos después generen su propia variable dentro del gobierno.

Ante tal situación, Beer recomienda la necesidad de unos mejores modelos de baja variable sin acumulaciones y retrasos de tiempo, por cuanto, lejos de ser una máquina para la libertad, supondrían la muerte de la libertad individual. En línea con lo expresado, debemos estimar la pertinencia de utilizar la computadora de forma adecuada en lo que concierne al control de la variable, discriminando los aspectos relevantes y obviando lo que no es, por lo cual es necesario establecer un modelo que sirva de guía. Pues, como expresa Ríos (s/f) “Para esto no se amerita la inversión de grandes equipos o maquinarias, sino unificación de criterios en cuanto al modelo a seguir”.

Continuando con el análisis, interesa significar la sexta y última conferencia denominada “La Libertad del Hombre en un Mundo Cibernético”, donde el autor parte de considerar la necesidad de liberar las mentes de los programas implantados en nuestros cerebros como requisito previo a la evolución personal. Asimismo, confirma que el problema principal de las organizaciones reside en su incapacidad para responder a tiempo, para adaptarse y para evolucionar. Sobre la base de lo anterior enfatiza la necesidad de trazar un proyecto que conduzca a la plena libertad.

En este orden de ideas, Beer indica que para que un sistema esté bajo control, debe ser ultra-estable, o sea capaz de adaptarse sin conmociones a cambios imprevistos y contar en su estructura con el adecuado despliegue de la variable requerida, lo cual invita a la revisión de la eficiencia de las organizaciones y a su regulación cibernética.
Desde su óptica crítica argumenta el autor que tradicionalmente la ciencia ha sido utilizada como bandera de poder en la cual las fuerzas económicas lo polarizan y mantienen su status quo dibujando así una imagen elitesca. En tal sentido, reflexiona y expresa que, en virtud de evitar la manipulación del poder, debemos asumir las riendas de la ciencia, pues estamos imbuidos en un sistema ineficaz, por lo cual debemos buscar los medios para alcanzar la eficiencia y ponerla al servicio del pueblo.

Así, pues, planteadas como han sido las consideraciones de Beer, y asumiendo una postura crítica, compartimos con el autor la necesidad de revisar y repensar las estructuras organizativas, de manera particular en las instituciones educativas, ya que como apunta el autor, la estructura de una organización es la que define sus necesidades de información. La excesiva departamentalización y fragmentación de las funciones va en desmedro del aprendizaje y de la producción del nuevo conocimiento, por cuanto, según la cibernética organizacional, la tendencia a la especialización produce “insularidad” que es un individuo que inhibe el aprendizaje y colabora aún más con la segmentación improductiva del saber.

Partiendo del contexto precedente, vale mencionar que tomamos distancia intelectual en referencia a que el autor plantea que el cerebro es limitado. Tal posición la asumimos, en concordancia con lo expresado por Aguirre (2006), quien plantea que los avances de la neurociencia en la actualidad dan cuenta de las capacidades ilimitadas del cerebro. Por tal razón, el hombre posee una ilimitada capacidad para crear y construir nuevos saberes. De manera particular podemos argumentar que los hallazgos de la neurociencia llevan a pensar que el cerebro es un sistema cibernético.

Ahora bien, coincidimos con Beer en cuanto a la conveniencia de que las estructuras organizativas transiten desde el modelo clásico piramidal hacia el modelo organizacional cibernético descentralizado. También armonizamos con su idea de emplear los recursos tecnológicos inmersos en las nuevas teorías de información y comunicación, convirtiéndolas así en espacios para la co-construcción del conocimiento.

Otros puntos de encuentro convergen en la solución a los problemas de deficiencia y baja calidad de los actuales medios tecnológicos. Por otra parte, se debe lograr una infraestructura comunicacional satelital, la cual está prevista en nuestro país con el lanzamiento del satélite Simón Bolívar; además, consideramos que el Estado debe suministrar nuevos sistemas de educación y medios de difusión de modo que el ciudadano común tome el control de la ciencia y la tecnología.

A manera de conclusión e intentando dar respuesta a la interrogante planteada en referencia a la aplicabilidad de la cibernética a la Universidad Simón Rodríguez, estimamos que, tal como lo plantea Beer en su obra: “Diseñando la Libertad”, todas las organizaciones incluyendo las educativas, son sistemas dinámicos y supervivientes que deben generar como “salida” la productividad, como resultado lógico de la acción mancomunada y nunca individual de los actores involucrados en dicho sistema.

Como lo expresa el autor en estudio, la referida acción lleva a múltiples estados posibles del sistema (variables) sujetas a perturbaciones y con un tiempo de reacción limitado, por lo cual es importante que en nuestra universidad se actúe en función de reducir la anarquía que reinaría si no ejercemos control sobre la variable. Pero para reducirla debemos ubicarnos “aquí y ahora” en el seno de la organización, ajustándonos a sus peculiaridades, a su contexto real, no imaginario y partiendo de sus necesidades sentidas.

Sobre el particular y aplicando las anteriores reflexiones a la UNESR, pudiera ser que, por sus características estructurales y por las secuelas de un sistema burocrático poco expedito, nuestra institución presenta una serie de limitantes en referencia a los rasgos definitorios de una organización verdaderamente eficiente, por lo cual no se ha dado esa confluencia armónica de todos los elementos del sistema.

A manera de ejemplo, el hecho de que en tantos años no se haya realizado concursos de oposición para la selección del personal ordinario, el anacronismo de los pensa de estudio, así como la obsolescencia de programas y material instruccional impreso para uso de los participantes, por mencionar sólo algunos indicadores de esta acuciante problemática, son el vivo reflejo de un marasmo organizacional, lo cual resulta ser lugar común en la administración pública tradicional de nuestro país.

Ante tales irrupciones, Beer nos dice que las instituciones deben ser homeostáticas, es decir, que deben contener las perturbaciones, tanto previstas como inesperadas; para lo cual plantea la necesidad de diseñar proyectos en función de delinear, en este caso, la Universidad que queremos y necesitamos.
De allí que veamos con beneplácito los esfuerzos que se han venido realizando en función de lograr eficacia y eficiencia para resolver los problemas que nos aquejan, atenuar las variables – como aconseja Beer- poniendo en práctica el amor, la piedad y la alegría; utilizando el saber y el poder de la ciencia, remozando nuestra organización y potenciándola para responder a la compleja realidad actual.

En este contexto, cabe considerar la importancia y pertinencia de la Cibernética y la participación comprometida, desprendida y ética del personal cursante de la Maestría en Educación Robinsoniana. De acuerdo con lo cual se aspira formar un Magíster Robinsoniano, capaz de intervenir las estructuras obsoletas, anacrónicas, estáticas y anárquicas, sustituyéndolas por estructuras dinámicas, flexibles, en permanente adaptación a los cambios del entorno y la incertidumbre, propios de organizaciones complejas.

REFERENCIAS

Aguirre, R. (2006). Cibernética, Neurociencia y Comunicación. [Documento en Línea.] Disponible:
http://revistacomunicologia.org/index.php?Itemid=97&id=129&option=com_content&task=view. [Consulta: 2008, Febrero]
Sánchez, A. (2006). La Autorregulación a Nivel Social desde una Perspectiva Cibernético Axiológica. [Documento en Línea.] Disponible:
http://bvs.sld.cu/revistas/revistahm/numeros/2006/n16/body/hmc080106.htm. [Consulta: 2008, Febrero 16]
Mansilla, J. Una Mirada Antropológica a las Organizaciones. [Documento en Línea.] Disponible:
http://www.emprendedorxxi.coop/html/tribuna_afondo015f.asp. [Consulta: 2008, Febrero 17]
Beer, S. Diseñando l la Libertad. [Libro en Línea.] Disponible:
http://maestriarobinsoniana.unesr.edu.ve/moodle/file.php/22/biblioteca_de_la_unindad_I/Disenando. [Consulta: 2008, Febrero 15]

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